lunes, 17 de junio de 2013

Una aclaración para aquellas personas (y algunos docentes), que aún creen que la educación es "neutral"


"La enseñanza y el aprendizaje son prácticas profundamente políticas. Son políticas en todos los momentos del circuito: en las condiciones de producción (¿quién produce el saber?, ¿para quién?), en los saberes y en las formas mismas del saber (¿saber de acuerdo con qué plan?, ¿útil para qué?),en su publicación, circulación y accesibilidad, en sus usos profesionales y populares y en sus impactos en la vida cotidiana.
Sin embargo, el discurso al uso sobre la educación no sólo prescinde de la naturaleza ideológica de la enseñanza y el aprendizaje, sino que excluye también del ámbito político la cultura, reduciéndola a un discurso puramente estético o a una llamada cuasi religiosa para celebrar los "grandes libros" y las
"grandes tradiciones" de la llamada "civilización occidental"".

Henry Giroux "La inocencia robada".



"...los críticos radicales están de acuerdo en que los educadores tradicionalistas se han negado generalmente a interrogarse sobre la naturaleza política de la enseñanza pública. De hecho, los tradicionalistas han eludido enteramente el tema con el intento paradójico de despolitizar el lenguaje de la enseñanza escolar, al tiempo que se reproducen y legitiman ideologías capitalistas. La expresión más obvia de este enfoque puede verse en el discurso positivista que determinó y sigue determinando todavía la corriente principal de la investigación y la política educativa; las preocupaciones más importantes de este discurso se centran en el dominio de las técnicas pedagógicas y en la transmisión del conocimiento que puede ser instrumentalizado por la sociedad existente."

Giroux, H. (1997). Los profesores como intelectuales: Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje.